Proverbio persa

•14 diciembre, 2009 • Deja un comentario

 

La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces.

Proverbio árabe

•14 diciembre, 2009 • Deja un comentario

 

«Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación».
 
 

cita V

•30 noviembre, 2009 • Deja un comentario

 

«Nada nos destruye más certeramente que el silencio de otro ser humano.»

George Steiner

 

…. pero y nosotros qué somos…?

•19 noviembre, 2009 • Deja un comentario

¿ Te suena escuchar como de tu garganta sale un …. pero y nosotros, qué somos… mientras estás conversando con tu amig@ «especial»?  .

Amig@s  mí@s, ésto es un mal síntoma!. Puede parecer una perogrullada, pero lo que va, va.  Y lo que bien empieza, bien acaba.  Bueno… esto nos decían nuestras madres aunque a decir verdad, habría que matizarlo puesto que  el mundo gira aunque no nos percatemos de ello. Pero bueno, éste no es el tema que hoy nos ocupa sinó  que  es lo que pasa cuando nos preguntamos qué tipo de relación tenemos con alguien.

Sencillo amig@, estamos iniciando un periodo de duelo pero de  un final que todavía no ha comenzado…  Curiosa teoría , verdad?. 

Lo cierto es que  no hay que darle tantas vueltas ni empeñarse en etiquetar tanto las cosas . Que la duda es mala y la incertidumbre peor!.

picar y pecar todo es empezar

•18 noviembre, 2009 • Deja un comentario

¡Socorro!. Apenas me queda un mes y medio para hacer mi lista de buenos propósitos para el año que viene, ¿ qué va a ser de mí ? , pero es que no puedo resistirme a los pequeños placeres, ay…  La carne es débil y la mente traicionera ya me lo decía mi abuela y cuanta razón tenía. Ahora lo sé, pero mientras decido como organizar mi lista y como no puedo evitar ser caritativa y me quiero mucho… , empiezo por mí.  Así es que me voy a cuidar  con esmero hasta la llegada del dia D.

Sin embargo no dejo de tener en mente el objetivo último, pues todo proyecto que se precie debe de tener su fundamentación teorica, no?.  Los objetivos a corto, medio y a largo plazo, las actividades a realizar y por último, la evaluación final. Ya se sabe que en esto las dietas las evaluaciones parciales  invitan a menudo al desánimo  porque de lo que se trata no es otra cosa que la  de perder cinco quilitos. Cinco mil gramos, qué horror!!!.  Por ahora éste es mi objetivo prioritario.

A menudo me pregunto cómo es posible que después de ingerir una tostada y un café, una ensalada verde con una pechuga de pollo a la plancha y unas verduritas al vapor con un yogourt se pese medio quilo más que el día anterior?.  Acaso soy tan egoista que todo me lo quedo o será tal vez, que el aire que respiro se filtra por todos los poros de mi piel?.  Qui lo sa…

Suspiro, constato , asumo  y mientras  decido el plan de ataque  me dispongo a mirar dietas de 1200 calorias en la red, no sea que me muera de hambre….  Selecciono los tentenpies más apetitosos,  la vida esta llena de colores… Estudio la técnica del Nordic Pool Walking , que le voy a hacer…, tengo alergia a los gimnasios.

Recopilo, guardo, tomo consciencia y espero… Todavía queda un tiempo para llegar al año nuevo!.

Dreams

•9 febrero, 2009 • 1 comentario

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«Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él.»
Paulo Coelho

colores de la naturaleza

•9 febrero, 2009 • Deja un comentario

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El final de un sueño….

•2 diciembre, 2008 • Deja un comentario


«Mi quinto hermano El-Ashshar, llamado también En-Neshshar, tenía las orejas cortadas, ¡oh Príncipe de los Creyentes!. Y era un pobre, que por la noche se dedicaba a mendigar y por el día vivía de las limosnas que de este modo había consegido. Y nuestro padre muy viejo, y cayó enfermo y murió, dejándonos setecientas monedas de plata, y cada uno de los hermanos tomamos lo que nos correspondía, es decir, cien monedas de plata.

Ahora bien, cuando mi quinto hermano recibió su herencia quedó perplejo y sin saber qué hacer con ella, y estando en la incertidumbe, se le ocurrió dedicar aquel dinero a la compra de artículos de cristal y venderlos con ganancia. Invirtió, pues, en cristalería sus cien monedas de plata, y colocando su mercancía en una gran bandeja, se sentó en un banco para venderla con la espalda apoyada contra una pared.

Mientras estaba sentado, se puso a meditar y empezó a decirse:

«La verdad es que todo mi capital consiste en estos artículos de cristal. Los venderé por doscientas monedas de plata y con estas doscientas monedas compraré más cristalería, que me valdrá cuatrocientas, y seguiré así comprando y vendiendo bosta hasta que haya amontonado una gran riqueza. Y entonces adquiriré toda clase de mercancías, y perfumes y joyas, hasta acumular una ganancia elevadísima. Y con ese dinero me compraré una hermosa casa, y mamelucos  y caballos y sillas de oro. Y comeré y beberé y no quedará cantora en mi ciudad a la que no invite en mi casa para escuchar sus canciones.

(Todos los cálculos los hacía mi hermano teniendo delante la bandeja con el cristal.)

Después – seguía pensando- enviaré a todas las casamenteras para que me busquen esposa entre las hijas de los reyes y visires. Y pediré por esposa a la hija del gran visir, pues he oído decir que está dotada de una belleza perfecta y de un atractivo sorprendente, y le señalaré como dote mil monedas de oro. Si el padre se manifiesta conforme, mi deseo se verá satisfecho, y si no da su consentimiento, se la raptaré por la fuerza a pesar suyo.

Y cuando esté de vuelta a mi palacio, compraré diez eunucos jóvenes y me ataviaré como los reyes y sultanes y me encargaré una silla de oro adornada con pedrería. Y, montado a caballo, precedido y seguido por mil esclavos, recorreré diariamente las calles y los zocos para distraerme, y la gente me saludará al pasar e invocará sobre mí las bendiciones. Luego iré a visitar al visir, que será el padre de la novia, rodeado de mamelucos que marcharán delante y detrás de mí. Y cuando el visir me vea, se levantará humildemente y me cederá su sitio, y él se sentará algo más bajo, porque yo seré su yerno. Entonces ordenaré a uno de los esclavos que entregue la bolsa con  mil monedas de oro, que constituirán la dote, y él la colocará delante del visir. Y yo añadiré otra bolsa para que se pongan de manifiesto mi espíritu generoso y mi excesiva munificencia, y para demostrar que las cosas de este mundo son despreciables ante mis ojos. Y cuando el visir se dirija a mí empleando diez palabras, yo le contestaré solamente con dos.

Y regresaré a mi casa y cuando se presente algún mensajero de parte del visir, le vestiré un rico traje y si viene alguno como regalo, lo devolveré y no consentiré aceptar nada de ningún modo. Luego, la noche de bodas, me engalanaré con el más rico de mis trajes y me sentaré en un diván cubierto de seda. Y cuando se presente mi esposa semejante a la luna llena, engalanada con sus joyas y atavíos; la ordenaré que permanezca de pie delante de mí, como hacen el tímido y el abyecto, y no me dignaré a mirarla a causa de lo arrogante de mi espíritu y de la gravedad de mi sabiduría, así que las damas dirán:

– ¡Oh, señor y amo nuestro!. ¡Henos aquí a tu disposición!. ¡Ésta tu esposa, o mejor dicho, tu esclava, solicita de tí una mirada amable, manteniéndose respetuosamente en pie delante de tí!. ¡ Dígnate concederle una mirada, pues esa actitud ya le va resultando fatigosa!.

Entonces levantaré la cabeza y la miraré, dirigiéndole una sola mirada, y volveré a inclinar la cabeza de nuevo. Y seguiré comportándome de este modo hasta que haya terminado la ceremonia de presentación. Y entonces la conducirán a la cámara nupcial. Y yo me levantaré de mi sitio y me dirigiré a otro aposento, y me pondré mi ropa de noche y penetraré en la cámara donde ella me estará esperando, y me sentaré sobre el diván pero no le dirigiré la mirada. Y las mujeres me instarán para que me acerque a ella, pero yo no escucharé sus palabras. Y mandaré varios criados a buscar una bolsa con quinientas monedas de oro y las repartiré entre ellos y ordenaré que se retiren.

Y cuando se hayan retirado me sentaré junto a la novia, pero a una digna distancia, para que ella pueda decir: «¡ verdaderamente éste es un hombre de arrogante espíritu!». Luego su madre vendrá a mí y me besará las manos y me dirá:

-¡Oh mi señor, dígnate mirar a tu esposa con mirada benigna, pues espera sumisa ante tí!.

Pero yo le contestaré. Y la madre me besará los pies una y otra vez, y dirá:

-¡Oh mi señor!.¡Mi hija es joven y no  ha visto más hombre que tú, y si la rechazas se le romperá el corazón!. ¡Inclínate pues, hacia ella, y háblala, y calma su espíritu!.

Y yo la miraré entonces con el rabillo del ojo y le ordenaré que se levante ante mí para que guste el sabor de la humillación y sepa que yo soy el sultán del tiempo. Y la madre me dirá:

-¡Oh mi señor!.Ahí tienes a tu esclava. ¡Ten compasión de ella y muéstrate benévolo!.

Y ordenará a su hija que llene una copa de vino y me la acerque a los labios. Y entonces mi esposa dirá:

-¡Oh mi señor!.¡Por Alah te conjuro para que no rechaces la copa que te ofrece tu esclava, pues en verdad que tu esclava soy!.

Pero yo no contestaré. Y ella me instará para que beba y dirá:

-¡Debes beber.-Y acercará la copa a mis labios-

Y entonces le daré una bofetada y un puntapié, así….»

Y al decirlo dió una patada a la bandeja de cristal. ¡Y la bandeja cayó del banco al suelo con todo lo que había en ella, y toda la mercancía se hizo añicos! «